miércoles, 17 de diciembre de 2008

Aforismos de Lichtenberg


Bueno hoy ha sido un día muy productivo, para quienes me conocen saben que es raro dadas las circunstancias.

Ya me estan gustando los Aforismos he encontrado algunos otros que me han parecido dignos de compartir... ahh amo el intercambio, ya sea de textos, sonrisas, cafés, ahh fluidos a veces.

Anoche soñe que me expresaba con aforismos para no hablar tanta paja, y prestarme a las malas interpretaciones y terminar como siempre, reparando, convenciendo (tristísimo)... Recordé cuando mi hermanito decía, El habla con pocas palabras y Karen dice muchas, aunque como dice mi director... Depende como las digas, el subtexto y demás, también depende del receptor si le guste escucharme hablar, pensé.

Pero bueno como todavía no puedo hacer muchas cosas, ya saben escribir,expresarme con belleza, hacer poesía y los aforismos sólo los hago en sueños.... en mis vagancia cibernética encontre esto que tiene una ironía muy fina y pensamientos profundos, me he divertido espero tambien lo hagan.

Permaneciendo

Karen



Los Aforismos de Lichtenberg

* Hoy le permití al sol levantarse antes que yo.
* Dentro de las tendencias al cambio que tienen las mujeres, la más fuerte es la del cambio de nombre (algunas incluso se llaman Eduardo).
* Él me desprecia porque no me conoce. Yo desprecio sus acusaciones porque me conozco.
* Me dan dolor muchas cosas que a otros sólo le dan lástima.
* Tengo el corazón por lo menos un pie más cerca de la cabeza que el resto de los hombres. De ahí mi enorme equidad. Las decisiones pueden ser ratificadas cuando todavía están calientes.
* A lo largo de mi vida me han otorgado tantos honores inmerecidos que bien podría permitirme alguna crítica inmerecida.
* He vuelto a comer todo lo que me está prohibido y, gracias a Dios, me encuentro tan mal como antes (no peor).
* La pérdida de la memoria me hizo cobrar conciencia de mi avanzada edad. Más tarde atribuí esto a la falta de práctica, luego otra vez a las consecuencias de la edad. A lo largo de toda mi vida he sentido estas oleadas de temor y esperanza.
* El 10 de octubre de 1793 le envié a mi querida mujer una flor artificial del jardín, hechas con hojas de distintos colores que el otoño tiró al suelo. Representa mi estado actual. Pero no se lo dije.
* Solía hablar con gran libertad en sitios en donde ponían caras piadosas y en cambio predicaba la virtud donde nadie más la predicaba.
* Promulgó una Constitución para sí mismo. Elegía auténticos ministros (la Moderación, incluso en una ocasión la Avaricia) que invariablemente eran despedidos.
* Nada nos hace envejecer con más rapidez que el pensar incesantemente en que nos hacemos viejos.
* He notado claramente que tengo una opinión acostado y otra parado.
* Tenía entonces 54 años, una edad en que aun en los poetas- el entendimiento y la pasión empiezan a conferenciar sobre artículos de paz, y por lo general la alcanzan no mucho después.
* Daría parte de mi vida con tal de saber cual era la temperatura promedio en el paraíso.
* Ya que se escribe en público de pecados secretos, me he propuesto escribir en secreto de pecados públicos.
* La cosa cuyos ojos y orejas no vemos y cuya nariz y cabeza apenas vemos, en pocas palabras, nuestro cuerpo.
* En la Tierra no hay superficie más interesante que el rostro humano.
* Cuando el espíritu se eleva el cuerpo se arrodilla.
* Eso que ustedes llaman corazón está bastante más abajo del cuarto botón del chaleco.
* La hermenéutica de la hipocondría.
* Un rostro no se deja analizar en un instante: necesita una consecuencia.
* Nuestro mundo llegará a ser tan refinado que creer en Dios resultará tan ridículo como hoy en día creer en fantasmas.
* Concibo una época en la que nuestras concepciones religiosas parecerán tan extrañas como ahora el espíritu de caballería.
* Por más que se predique las iglesias siguen necesitando pararrayos.
* ¿Creéis acaso que el buen Dios es católico?
* Con los huevos de Pascua sucede lo mismo que con el santo Cristo: en cuanto uno averigua de donde vienen, deja de recibirlos.
* Hay una especie de ventriloquía trascendental con la cual los hombres pueden aparentar que algo dicho en la Tierra viene del cielo.
* Es una lástima que beber agua no sea pecado, clama un italiano, ¡que bien sabría!
* La invención más fácil para el hombre: el paraíso.
* Dios realmente debe querernos mucho, pues siempre aparece cuando hace mal tiempo.
* Todos los maestros de la fe defienden sus teorías, no porque estén convencidos de su verdad, sino porque alguna vez lo estuvieron.
* Cartas sobre la más reciente literatura: y le doy mil gracias a Dios de que me haya permitido volverme ateo.
* En el mundo, los santos han logrado más en escultura que vivos.
* La metáfora es mucho más inteligente que su autor, y esto sucede con muchas cosas. Todo tiene su profundidad. Quien tiene ojos ve todo en todo.
* Se diría que nuestros idiomas han enloquecido. Cuando queremos una idea, nos ofrecen una palabra; cuando exigimos una palabra, nos brindan una raya, y donde esperamos una raya, hay una obscenidad.
* Esto debe servirme de advertencia. Como aquel gran escritor francés, de ahora en adelante no daré nada a la imprenta sin que antes lo lea mi cocinera.
* En cierta obra de un hombre célebre preferiría leer lo que tachó que lo que dejó.
* Al prólogo se le podría llamar pararrayos.
* Ahí se aplica a la perfección lo que Butler dice de un mal crítico, sino encuentra un error, lo comete.
* Los periodistas han construido una capillita de madera que llaman el Templo de la Fama donde todo el día clavan y desclavan retratos, con tal escándalo que nadie escucha sus propias palabras.
* Al escribir mantén la confianza en ti mismo, un orgullo noble y la certeza de que los demás no son mejores que tú, ellos evitan tus errores y en cambio cometen otros que tú has evitado.
* Lo shakespeareano que había que hacer en el mundo, fue, en gran parte, realizado por Shakespeare.
* Está bien que los jóvenes enfermen de poesía en ciertos años, pero por el amor de Dios, hay que impedir que la contagien.
* Siempre es preferible darle el tiro de gracia a un escritor que perdonarle la vida en una reseña..
* Si pensáramos más por nuestra cuenta, tendríamos muchos más libros malos y muchos más libros buenos.
* Quien tenga dos pantalones, que venda uno y compre este libro.
* Si alguien escribe mal, que más da, hay que dejarlo escribir. Transformarse en buey aún no es suicidarse.
* Aquello tuvo el efecto que por lo general tienen los buenos libros. Hizo más tontos a los tontos, más listos a los listos y los miles restantes quedaron ilesos.
* El único defecto de los escritores realmente buenos es que casi siempre ocasionan que haya muchos malos o regulares.
* Un libro es como un espejo. Si un mono se asoma a él no puede ver reflejado a un apóstol. Carecemos de palabras para hablar con los tontos de sabiduría. Ya es sabio quien entiende a un sabio.
* En nuestros tiempos, donde los insectos coleccionan insectos y las mariposas hablan de mariposas.
* Si bien los peces son mudos, sus vendedores hablan por todo lo que ellos callan.
* Que el hombre es el ser supremo también se deduce de que ningún otro ha tratado de refutarlo.
* No es que los oráculos hayan dejado de hablar, los hombres han dejado de escucharlos.
* Conozco el gesto de la atención fingida. Es el grado más bajo de la distracción.
* A lo más a lo que puede llegar un mediocre es a descubrir los errores de quienes lo superan.
* Hay ineptos entusiastas. Gente muy peligrosa.
* Estoy convencido de que cada ciudadano de H, conoce a Z, mejor de lo que se conoce a sí mismo.
* En el mundo uno encuentra con mayor frecuencia el consejo que el consuelo.
* Comerciaba con tinieblas en pequeña escala.
* Escribió 8 libros. Hubiera hecho mejor plantado 8 árboles o teniendo 8 hijos.
* Era un pensador tan minucioso que siempre veía un grano de arena antes que una casa.
* Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen, pierden el respeto.
* El matrimonio, al contrario de la fiebre, comienza con calor y termina con frío.
* Ciertos hombres de mal corazón creen reconciliarse con el cielo cuando dan una limosna.
* Intentar modificar el carácter de un hombre es como tratar de enseñar a una oveja a tirar de un carro.
* A la gloria de los más famosos se adscribe siempre algo de la miopía de los admiradores.
* Resulta imposible atravesar una muchedumbre con la llama de la verdad sin quemarle a alguien la barba.
* La enfermedad es la mayor imperfección del hombre.
* El amor es ciego, pero el matrimonio le restaura la vista.
* Una regla de oro: no hay que juzgar a los hombres por sus opiniones sino por aquello en lo que sus opiniones los convierten.
* El hombre es una obra maestra de la creación, tan sólo porque a pesar de todo su determinismo cree que actúa como ser libre.
* Lo que hace que la amistad auténtica y el vínculo conyugal sean tan fascinantes es la ampliación del yo.
* Como todas las cosas corrosivas, el chiste y el humor deben emplearse con cuidado.
* En mi opinión, la pregunta ¿debe filosofar uno mismo? ha de responderse con una semejante: ¿debe rasurarse uno mismo?.
* ¡Cómo desaparecerán algún día nuestros nombres, detrás de los inventores del vuelo y cosas por el estilo!
* Se podría prescribir una dieta para la salud del entendimiento.
* El género humano sólo celebra lo bueno; el individuo con frecuencia lo malo.
* El hombre tiene un instinto irrevocable para creer que no lo ven cuando él no ve. Como los niños que se tapan los ojos para no ser vistos.
* El hombre ama la compañía, así sea la de una vela encendida.
* Jamás hay que creerla a quien asegure algo con una mano en el corazón.
* Es cierto que no puedo hacerme mis zapatos, pero, señores, no permito que me escriban mi filosofía.
* En cada facultad universitaria debería haber al menos un hombre muy capaz. Si las bisagras son de buen metal, lo demás puede ser de madera.
* Nada me molesta más en mi conducta que tener que ver el mundo como un hombre común, pues sé que lo ve de manera equivocada.
* Una vieja regla: un descarado puede parecer discreto cuando quiera, pero nadie que sea discreto puede parecer descarado.
* Nada se juzga con tanta ligereza como el carácter y en nada hay que ser más cuidadoso. Siempre he notado que las malas personas mejoran al conocerlas mejor y las buenas empeoran.
* Cualquiera aceptaría que las historias obscenas propias tienen un efecto mucho menos peligroso que las que se le ocurren a los otros.
* Siempre he visto que la ambición voraz y la desconfianza van juntas.
* Cierta clase de personas traban fácilmente amistad con cualquiera, y luego se aprestan a odiarlo o a quererlo otra vez. Si se piensa en el género humano como un todo, donde a cada parte le corresponde un sitio, estos hombres se convierten en piezas faltantes que se puede colocar donde sea. Entre esta clase de personas rara vez hay grandes genios, aunque es a quienes con mayor facilidad se les toma como tales.
*Ante una obra menor siempre pienso: es sólo un librito de patrullaje que busca el sitio donde pueda anclar uno mayor.
* Nuestra vida es comparable a un día de invierno. Nacemos entre las 12 y la 1, no amanece sino hasta las 8, oscurece antes de las 4 y morimos a las 12.
* Unas cuantas docenas de millones de minutos hacen una vida de 45 años y algo más.
* ¿Qué será del género humano antes de que desaparezca? El mundo bien puede rotar como hasta ahora por otro millón de años, en cuyo caso 5000 años serán como ¼ de año en la vida de un hombre de 50, apenas 1/12 del tiempo que pasamos en la universidad, ¿Qué hice el último cuarto de años? Comí, viví, hice experimentos eléctricos, escribí almanaques, me reí al ver un gatito, jugué con muchachitas y así transcurrieron 5000 años del pequeño mundo que soy yo.
* Los relojes de arena no sólo nos recuerdan el rápido transcurrir del tiempo sino también el polvo en el que alguna vez nos convertiremos.
* Sí, las monjas no sólo tienen un estricto voto de castidad sino también fuertes rejas en sus ventanas.

EL HALCÓN MOTEADO CALA SOBRE MÍ... WALT WHITMAN



No desfallezcas si no me encuentras pronto. Si no estoy en un lugar,
búscame en otro. En algún lugar te estaré esperando.


Posteo las entradas en el orden en que las conocí, es lo bueno de tener tu propio blog y hacer las cosas a tu manera, les dejo esto y les Recomiendo leer "Hojas de Hierba", busquen el Canto a mi mismo, o Canto de mi mismo, (depende del traductor) es una obra imprescindible. Hay que leerla, Hay que leerla.

No se diga más.



EL HALCÓN MOTEADO CALA SOBRE MÍ...

El halcón moteado cala sobre mí,
y me acusa lamentándose
por mi charla y mi pereza.

Yo también soy indomable,
yo también soy intraducible.
Sobre los techos del mundo,
resuena mi bárbaro graznido.

El último celaje del día,
se detiene a esperar por mí,
lanzo mi figura, tras las otras,
reposando verdaderamente en cualquier
sombra silvestre.
Me insta engatusándome hacia la bruma,
y hacia la oscuridad.

Me alejo como el aire,
sacudo mi bucle blanco en el sol fugitivo.
Vierto mi carne en remolinos,
y la dejo arrastrar por la mueca del encaje.
Me entrego, a mí mismo, al barro,
para brotar en la hierba que amo.

Si me necesitas,
búscame en la suela de tus botas.

Apenas sabrás quien soy,
y lo que quiero decir.
No obstante soy tu buena salud,
y filtraré con filamentos tu sangre.

No desfallezcas si no me encuentras pronto.
Si no estoy en un lugar, búscame en otro.
En algún lugar te estaré esperando.

Versión de Leandro Wolfson

Oda a Walt Whitman






Ni un solo momento, viejo hermoso Walt Whitman,
he dejado de ver tu barba llena de mariposas,
ni tus hombros de pana gastados por la luna,
anciano hermoso como la niebla














Walt Whitman

La primera vez leí algo sobre el fue en un poemario Poeta en New York de Federico García Lorca, al lado del la "Oda a Walt Whitman" estaba una fotografía de él con su barba llena de Mariposas, es algo que no olvido.

Iba a ponerles un fragmento pero me fue imposible.

Oda a Walt Whitman

Por el East River y el Bronx
los muchachos cantaban enseñando sus cinturas,
con la rueda, el aceite, el cuero y el martillo.
Noventa mil mineros sacaban la plata de las rocas
y los niños dibujaban escaleras y perspectivas.

Pero ninguno se dormía,
ninguno quería ser el río,
ninguno amaba las hojas grandes,
ninguno la lengua azul de la playa.

Por el East River y el Queensborough
los muchachos luchaban con la industria,
y los judíos vendían al fauno del río
la rosa de la circuncisión
y el cielo desembocaba por los puentes y los tejados
manadas de bisontes empujadas por el viento.

Pero ninguno se detenía,
ninguno quería ser nube,
ninguno buscaba los helechos
ni la rueda amarilla del tamboril.

Cuando la luna salga
las poleas rodarán para tumbar el cielo;
un límite de agujas cercará la memoria
y los ataúdes se llevarán a los que no trabajan.

Nueva York de cieno,
Nueva York de alambres y de muerte.
¿Qué ángel llevas oculto en la mejilla?
¿Qué voz perfecta dirá las verdades del trigo?
¿Quién el sueño terrible de sus anémonas manchadas?

Ni un solo momento, viejo hermoso Walt Whitman,
he dejado de ver tu barba llena de mariposas,
ni tus hombros de pana gastados por la luna,
ni tus muslos de Apolo virginal,
ni tu voz como una columna de ceniza;
anciano hermoso como la niebla
que gemías igual que un pájaro
con el sexo atravesado por una aguja,
enemigo del sátiro,
enemigo de la vid
y amante de los cuerpos bajo la burda tela.
Ni un solo momento, hermosura viril
que en montes de carbón, anuncios y ferrocarriles,
soñabas ser un río y dormir como un río
con aquel camarada que pondría en tu pecho
un pequeño dolor de ignorante leopardo.

Ni un sólo momento, Adán de sangre, macho,
hombre solo en el mar, viejo hermoso Walt Whitman,
porque por las azoteas,
agrupados en los bares,
saliendo en racimos de las alcantarillas,
temblando entre las piernas de los chauffeurs
o girando en las plataformas del ajenjo,
los maricas, Walt Whitman, te soñaban.

¡También ese! ¡También! Y se despeñan
sobre tu barba luminosa y casta,
rubios del norte, negros de la arena,
muchedumbres de gritos y ademanes,
como gatos y como las serpientes,
los maricas, Walt Whitman, los maricas
turbios de lágrimas, carne para fusta,
bota o mordisco de los domadores.

¡También ése! ¡También! Dedos teñidos
apuntan a la orilla de tu sueño
cuando el amigo come tu manzana
con un leve sabor de gasolina
y el sol canta por los ombligos
de los muchachos que juegan bajo los puentes.

Pero tú no buscabas los ojos arañados,
ni el pantano oscurísimo donde sumergen a los niños,
ni la saliva helada,
ni las curvas heridas como panza de sapo
que llevan los maricas en coches y terrazas
mientras la luna los azota por las esquinas del terror.

Tú buscabas un desnudo que fuera como un río,
toro y sueño que junte la rueda con el alga,
padre de tu agonía, camelia de tu muerte,
y gimiera en las llamas de tu ecuador oculto.

Porque es justo que el hombre no busque su deleite
en la selva de sangre de la mañana próxima.
El cielo tiene playas donde evitar la vida
y hay cuerpos que no deben repetirse en la aurora.

Agonía, agonía, sueño, fermento y sueño.
Éste es el mundo, amigo, agonía, agonía.
Los muertos se descomponen bajo el reloj de las ciudades,
la guerra pasa llorando con un millón de ratas grises,
los ricos dan a sus queridas
pequeños moribundos iluminados,
y la vida no es noble, ni buena, ni sagrada.

Puede el hombre, si quiere, conducir su deseo
por vena de coral o celeste desnudo.
Mañana los amores serán rocas y el Tiempo
una brisa que viene dormida por las ramas.

Por eso no levanto mi voz, viejo Walt Whítman,
contra el niño que escribe
nombre de niña en su almohada,
ni contra el muchacho que se viste de novia
en la oscuridad del ropero,
ni contra los solitarios de los casinos
que beben con asco el agua de la prostitución,
ni contra los hombres de mirada verde
que aman al hombre y queman sus labios en silencio.
Pero sí contra vosotros, maricas de las ciudades,
de carne tumefacta y pensamiento inmundo,
madres de lodo, arpías, enemigos sin sueño
del Amor que reparte coronas de alegría.

Contra vosotros siempre, que dais a los muchachos
gotas de sucia muerte con amargo veneno.
Contra vosotros siempre,
Faeries de Norteamérica,
Pájaros de la Habana,
Jotos de Méjico,
Sarasas de Cádiz,
Ápios de Sevilla,
Cancos de Madrid,
Floras de Alicante,
Adelaidas de Portugal.

¡Maricas de todo el mundo, asesinos de palomas!
Esclavos de la mujer, perras de sus tocadores,
abiertos en las plazas con fiebre de abanico
o emboscadas en yertos paisajes de cicuta.

¡No haya cuartel! La muerte
mana de vuestros ojos
y agrupa flores grises en la orilla del cieno.
¡No haya cuartel! ¡Alerta!
Que los confundidos, los puros,
los clásicos, los señalados, los suplicantes
os cierren las puertas de la bacanal.

Y tú, bello Walt Whitman, duerme a orillas del Hudson
con la barba hacia el polo y las manos abiertas.
Arcilla blanda o nieve, tu lengua está llamando
camaradas que velen tu gacela sin cuerpo.
Duerme, no queda nada.
Una danza de muros agita las praderas
y América se anega de máquinas y llanto.
Quiero que el aire fuerte de la noche más honda
quite flores y letras del arco donde duermes
y un niño negro anuncie a los blancos del oro
la llegada del reino de la espiga.
Federico García Lorca

martes, 16 de diciembre de 2008

Algunos Aforismos de Cioran

Para Robert y su amarga Paranoia.




He dado con esto porque algún buen amigo lo cita, trato de averiguar el Porque
y decido postearlo porque me place.


Y claro para compartir.



Aforismos de Emil Michel Cioran

Fuera de la música, todo, incluso la soledad y el éxtasis, es mentira. Ella es justamente ambos, pero mejorados.

A medida que perdemos la memoria los elogios que se nos han prodigado se borran, contrariamente a los reproches. y ello es justo: los primeros raramente se merecen, mientras que los segundos nos revelan aspectos de nosotros mismos que ignorábamos.

Si yo hubiera nacido budista, lo sería aún; pero nací cristiano y dejé de serlo en la adolescencia, en una época en que mucho más que hoy hubiera podido exagerar, de haberla conocido, la blasfemia que Goethe escribió el mismo año de su muerte en una carta a Zelter: "La cruz es la imagen más odiosa que existe bajo el cielo".

Lo esencial surge con frecuencia al final de las conversaciones. Las grandes verdades se dicen en los vestíbulos.

Una carta digna de ese nombre sólo puede escribirse bajo el efecto de la admiración o de la indignación, de la exageración en suma. De ahí que una carta sensata sea una carta inexistente.

Quien esté considerado por sus amigos como alguien «extraordinario», no debe dar pruebas de lo contrario. Que evite dejar trazas y sobre todo que no escriba, si desea ser algún día para todos lo que fue para algunos solamente.

Sólo la música puede crear una complicidad indestructible entre dos seres. Una pasión es perecedera, se degrada como todo aquello que participa de la vida; mientras que la música pertenece a un orden superior a la vida y, por supuesto, a la muerte.

Es preciso encontrarse en estado de receptividad, es decir, de debilidad física, para que las palabras nos lleguen, penetren en nosotros y comiencen en nuestro interior una especie de carrera.

El orgasmo es un paroxismo; la desesperación, otro. El primero dura un instante; el segundo una vida.

Todo parece miserable e inútil en cuanto la música enmudece. Se comprende así que pueda ser odiada y se sientan tentaciones de considerar su absoluto como un fraude. Porque cuando se la ama demasiado hay que reaccionar contra ella como sea. Nadie percibió su peligro mejor que Tolstoi, pues sabía que podía dominarlo completamente. De ahí que comenzara a execrarla por miedo de convertirse en juguete suyo.

Quedamos siempre anticuados por lo que admiramos. En cuanto citamos a alguien que no sea Homero o Shakespeare, corremos el riesgo de parecer pasados de moda o tocados de la cabeza.

X., que ha fracasado en todo, se lamenta de no haber tenido un destino. -Todo lo contrario, le digo. La serie de tus fracasos es tan notable que parece revelar un designio providencial.

El hecho de que la vida no tenga ningún sentido es una razón para vivir, la única en realidad.

Extraído del libro Ese maldito yo.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Sobre la Memoria - Ernesto Sabato

La Persistencia de la Memoria - Salvador Dalí
Esto va dedicado a todas las personas que hacen que mi memoria, mis recuerdos sean un paraíso... segura del tiempo, la distancia y tanto espacio.

Porque la memoria es lo que resiste al tiempo y a sus poderes de destrucción, y es algo así como la forma que la eternidad puede asumir en ese incesante tránsito. Y aunque nosotros (nuestra conciencia, nuestros sentimientos, nuestra dura experiencia) vamos cambiando con los años. Y también nuestra piel y nuestras arrugas van convirtiéndose en prueba y testimonio de ese tránsito, hay algo en nosotros, allá muy dentro, allá en regiones muy oscuras, aferrado con uñas y dientes a la infancia y al pasado, a la raza y a la tierra, a la tradición y a los sueños, que parece resistir a ese trágico proceso: la memoria, la misteriosa memoria de nosotros mismos, de lo que somos y de lo que fuimos. Sin la cual (¡Y qué terrible ha de ser entonces!) esos hombres que la han perdido como en una formidable y destructiva explosión de aquellas regiones profundas, son tenues, inciertas y livianísimas hojas arrastradas por el furioso y sin sentido viento del tiempo.




Y en especial a vos porque te mantienes firme en mis recuerdos y también viceversa.
Y para nadie total nadie le presta atención a estas vainas.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Fragmento de Sobre Héroes y Tumbas - Ernesto Sabato

Pintura de Beksinski

Tal vez a nuestra muerte el alma emigre:
a una hormiga,
a un árbol,
a un tigre de bengala;
mientras nuestro cuerpo se disgrega
entre gusanos
y se filtra en la tierra sin memoria,
para ascender luego por los tallos y las hojas,
y convertirse en heliotropo o yuyo,
y después en alimento del ganado,
y así en sangre anónima y zoológica,
en esqueleto,
en excremento.

Tal vez le toque un destino más horrendo
en el cuerpo de un niño
que un día hará poemas o novelas,
y que en sus oscuras angustias
(sin saberlo)
purgara sus antiguos pecados de guerreo o criminal,
o revivirá pavores,
el temor de una gacela,
la asquerosa fealdad de comadreja,
su turbia condición de feto, cíclope o lagarto,
su fama de prostituta o pitonisa,
sus remotas soledades,
sus olvidadas cobardías y traiciones.

Ernesto Sabato

martes, 25 de noviembre de 2008

Entrevista a Roberto Bolaño



Tras la muerte de Roberto Bolaño el 15 de julio de 2003.
La entrevista realizada por la periodista Mónica se convirtió en el último testimonio del escritor chileno.

En el desvaído panorama de la literatura en lengua española, un espacio en el que todos los días aparecen jóvenes redactores más preocupados por ganar becas y puestos en los consulados que por aportar algo a la creación artística, se destaca la figura de un hombre enjuto, mochila azul en ristre, anteojos de enorme marco, cigarrillo sempiterno entre los dedos, fina ironía a bocajarro siempre que haga falta.

Roberto Bolaño, nacido en Chile en 1953, es lo mejor que le ha pasado en mucho tiempo al oficio de escribir.

A los 50 años, este hombre que recorrió Latinoamérica como mochilero, que se escapó de las fauces del pinochetismo porque uno de los policías que lo encarceló había sido su compañero en la escuela, que vivió en México (alguna vez la calle Bucareli en un tramo llevará su nombre), que conoció a los militantes del Farabundo Martí que luego se convertirían en los asesinos del poeta Roque Dalton en El Salvador, que fue vigilante en un camping catalán, vendedor de bisutería en Europa y siempre un hurtador de buenos libros porque leer no es sólo una cuestión de actitud, este hombre, decíamos, ha transformado el rumbo de la literatura latinoamericana.

Y lo ha hecho sin avisar y sin pedir permiso, como lo hubiera hecho Juan García Madero, antihéroe adolescente de su gloriosa 'Los detectives salvajes':

“Estoy en el primer semestre de la carrera de Derecho.
Yo no quería estudiar Derecho sino Letras, pero mi tía insistió y al final acabé transigiendo.
Soy huérfano. Seré abogado.
Eso lo dije a mi tío y a mi tía y luego me encerré en mi habitación y lloré toda la noche”.

El resto, en las 608 páginas restantes de una novela cuya importancia los críticos han comparado con 'Rayuela', de Julio Cortázar, y hasta con 'Cien años de soledad', de Gabriel García Márquez.
Él diría, frente a tanta hipérbole: ni modo.
Así que mejor vayamos a lo que importa en esta coyuntura: A LA ENTREVISTA:

¿Le dio algún valor en su vida el haber nacido disléxico?
–Ninguno. Problemas cuando jugaba al fútbol, soy zurdo. Problemas cuando me masturbaba, soy zurdo.
Problemas cuando escribía, soy diestro. Como puedes ver, ningún problema importante.

¿Siguió siendo Enrique Vila-Matas amigo suyo luego de la pelea que tuvo usted con los organizadores del Premio Rómulo Gallegos?
–Mi pelea con el jurado y los organizadores del premio se debió, básicamente, a que ellos pretendían que yo avalara, desde Blanes y a ciegas, una selección en la que yo no había participado. Sus métodos, que una pseudo poeta chavista me transmitió por teléfono, se parecían demasiado a los argumentos disuasorios de la Casa de las Américas cubana. Me pareció que era un error enorme que Daniel Sada o Jorge Volpi fueran eliminados a las primeras de cambio, por ejemplo.
Ellos dijeron que lo que yo quería era viajar con mi mujer e hijos, algo totalmente falso.
De mi indignación por esta mentira surgió la carta en donde los llamé neostalinistas y algo más, supongo.

De hecho, a mí me informaron que ellos pretendían, desde el principio, premiar a otro autor, que no era Vila-Matas, precisamente, cuya novela me parece buena, y que sin duda era uno de mis candidatos.

¿No cree que si se hubiera emborrachado con Isabel Allende y Ángeles Mastretta otro sería su parecer acerca de sus libros?
–No lo creo. Primero, porque esas señoras evitan beber con alguien como yo. Segundo, porque yo ya no bebo. Tercero, porque ni en mis peores borracheras he perdido cierta lucidez mínima, un sentido de la prosodia y del ritmo, un cierto rechazo ante el plagio, la mediocridad o el silencio.

¿Cuál es la diferencia entre una escribidora y una escritora?
–Una escritora es Silvina Ocampo. Una escribidora es Marcela Serrano. Los años luz que median entre una y otra.

¿Quién le hizo creer que es mejor poeta que narrador?
–La gradación del rubor que siento cuando, por pura casualidad, abro un libro mío de poesía o uno de prosa. Me ruboriza menos el de poesía.

¿Usted es chileno, español o mexicano?
–Soy latinoamericano.

¿Qué es la patria para usted?
–Lamento darte una respuesta más bien cursi.
Mi única patria son mis dos hijos, Lautaro y Alexandra.
Y tal vez, pero en segundo plano, algunos instantes, algunas calles, algunos rostros o escenas o libros que están dentro de mí y que algún día olvidaré, que es lo mejor que uno puede hacer con la patria.

¿Por qué le gusta llevar siempre la contraria?
–Yo nunca llevo la contraria.

¿Usted tiene más amigos que enemigos?
–Tengo suficientes amigos y enemigos, todos gratuitos.

¿Quiénes son sus amigos entrañables?
–Mi mejor amigo fue el poeta Mario Santiago, que murió en 1998. Actualmente tres de mis mejores amigos son Ignacio Echevarría y Rodrigo Fresán y A. G. Porta.


¿Javier Cercas compartió con usted las regalías por Soldados de Salamina?
–No, por supuesto.

¿Enrique Lihn, Jorge Teillier o Nicanor Parra?
–Nicanor Parra por encima de todos, incluidos Pablo Neruda y Vicente Huidobro y Gabriela Mistral.

¿John Lennon, Lady Di o Elvis Presley?
–The Pogues. O Suicide. O Bob Dylan. Pero, bueno, no nos hagamos los remilgados: Elvis forever. Elvis con una chapa de sheriff conduciendo un Mustang y atiborrándose de pastillas, y con su voz de oro.

¿Qué le hubiera dicho a Gabriela Mistral si la hubiera conocido?
–Mamá, perdóname, he sido malo, pero el amor de una mujer hizo que me volviera bueno.

¿Y a Vicente Huidobro?
–Huidobro me aburre un poco. Demasiado tralalí alalí, demasiado paracaidista que desciende cantando como un tirolés. Son mejores los paracaidistas que descienden envueltos en llamas o, ya de plano, aquellos a los que no se les abre el paracaídas.

¿Octavio Paz sigue siendo el enemigo?
–Para mí, ciertamente, no. No sé qué pensarán los poetas que durante esa época, cuando yo viví en México, escribían como sus clones. Hace mucho que no sé nada de la poesía mexicana. Releo a José Juan Tablada y a Ramón López Velarde, incluso puedo recitar, si se tercia, a Sor Juana, pero no sé nada de lo que escriben los que, como yo, se acercan a los cincuenta años.

¿Qué le produce el hecho de que Arturo Pérez Reverte sea actualmente el escritor más leído en lengua española?
–Pérez Reverte o Isabel Allende. Da lo mismo. Feuillet era el autor francés más leído de su época.

¿Y el hecho de que Arturo Pérez Reverte haya ingresado a la Real Academia?
–La Real Academia es una cueva de cráneos privilegiados. No está Juan Marsé, no está Juan Goytisolo, no está Eduardo Mendoza ni Javier Marías, no está Olvido García Valdez, no recuerdo si está Alvaro Pombo (probablemente si está se deba a una equivocación), pero está Pérez Reverte. Bueno, (Paulo) Coelho también está en la Academia brasileña.

¿Ha vertido alguna lágrima por las numerosas críticas que ha recibido por parte de sus enemigos?
–Muchísimas, cada vez que leo que alguien habla mal de mí me pongo a llorar, me arrastro por el suelo, me araño, dejo de escribir por tiempo indefinido, el apetito baja, fumo menos, hago deporte, salgo a caminar a orillas del mar, que, entre paréntesis, está a menos de treinta metros de mi casa, y les pregunto a las gaviotas, cuyos antepasados se comieron a los peces que se comieron a Ulises, ¿por qué yo, por qué yo, que ningún mal les he hecho?


De su época que vivía de los concursos literarios, ¿hubo alguno que no pudo cobrar?
–Ninguno. Los ayuntamientos españoles, en este aspecto, son de una probidad fuera de toda sospecha.

¿Era buen camarero o mejor vendedor de bisutería?
–El oficio en el que mejor me he desempeñado fue el de vigilante nocturno de un camping cerca de Barcelona.
Nunca nadie robó mientras yo estuve allí.
Impedí algunas peleas que hubieran podido terminar muy mal. Evité un linchamiento (aunque de buena gana, después, hubiera linchado o estrangulado yo mismo al tipo en cuestión).

¿Ha robado algún libro que luego no le gustó?
–Nunca. Lo bueno de robar libros (y no cajas fuertes) es que uno puede examinar con detenimiento su contenido antes de perpetrar el delito.

¿Se ha quemado la piel con un cigarrillo?
–Nunca voluntariamente.

¿Ha tallado en un tronco de árbol el nombre de la persona amada?
–He cometido desmanes aún mayores, pero corramos un tupido velo.

¿Ha visto alguna vez a la mujer más hermosa del mundo?
–Sí, cuando trabajaba en una tienda, allá por el año ’84. La tienda estaba vacía y entró una mujer hindú.
Parecía y tal vez fuera una princesa.
Me compró algunos colgantes de bisutería.
Yo, por descontado, estaba a punto de desmayarme.
Tenía la piel cobriza, el pelo largo, rojo, y por lo demás era perfecta.
La belleza intemporal. Cuando tuve que cobrarle me sentí muy avergonzado. Ella me sonrió como si me dijera que lo entendía y que no me preocupara.
Luego desapareció y nunca más he vuelto a ver a alguien así. A veces tengo la impresión de que era la mismísima diosa Kali, patrona de los ladrones y de los orfebres, sólo que Kali también era la deidad de los asesinos, y esta hindú no sólo era la mujer más hermosa de la Tierra sino que también parecía ser una buena persona, muy dulce y considerada.

¿Qué cosas recuerda de su niñez?
–Todo. No tengo mala memoria.

¿Coleccionaba figuritas?
–Sí. De fútbol y de actores y actrices de Hollywood.

¿Tenía una patineta?
–Mis padres cometieron el error de regalarme un par de patines cuando vivimos en Valparaíso, que es una ciudad de cerros. El resultado fue desastroso.
Cada vez que me ponía los patines era como si me quisiera suicidar.


¿A qué personajes de la historia universal le hubiera gustado parecerse?
–A Sherlock Holmes.
Al capitán Nemo.
A Julien Sorel, nuestro padre, al príncipe Mishkin, nuestro tío, a Alicia, nuestra profesora, a Houdini, que es una mezcla de Alicia, de Sorel y de Mishkin.

¿Qué cosas debe a las mujeres de su vida?
–Muchísimo.
El sentido del desafío y la apuesta alta.
Y otras cosas que me callo por decoro.

¿Ellas le deben algo a usted?
–Nada.

¿Ha sufrido mucho por amor?
–La primera vez, mucho, después aprendí a tomarme las cosas con algo más de humor.

¿Y por odio?
–Aunque suene un poco pretencioso, nunca he odiado a nadie.
Al menos estoy seguro de ser incapaz de un odio sostenido. Y si el odio no es sostenido, no es odio, ¿no?


¿Cómo era el día que se hizo padre por primera vez?
–Era de noche, poco antes de las 12, yo estaba solo, y como no se podía fumar en el hospital me fumé un cigarrillo virtualmente encaramado en el artesonado de la cuarta planta. Menos mal que no me vio nadie desde la calle. Sólo la luna, habría dicho Amado Nervo. Cuando volví a entrar una enfermera me dijo que mi hijo ya había nacido. Era muy grande, casi calvo del todo, y con los ojos abiertos como preguntándose quién demonios era ese tipo que lo tenía en los brazos.

¿Lautaro será escritor?
–Yo sólo espero que sea feliz.
Así que mejor que sea otra cosa. Piloto de avión, por ejemplo, o cirujano plástico, o editor.

¿Qué cosas reconoce en él como suyas?
–Por suerte se parece mucho más a su madre que a mí.

¿Le preocupan las listas de ventas de sus libros?
–En lo más mínimo.

¿Piensa alguna vez en sus lectores?
–Casi nunca.

¿Qué cosas de todas las que le han dicho sus lectores en torno de sus libros lo han conmovido?
–Me conmueven los lectores a secas, los que aún se atreven a leer el Diccionario filosófico de Voltaire, que es una de las obras más amenas y modernas que conozco.
Me conmueven los jóvenes de hierro que leen a Cortázar y a Parra, tal como los leí yo y como intento seguir leyéndolos.
Me conmueven los jóvenes que se duermen con un libro debajo de la cabeza.
Un libro es la mejor almohada que existe.

¿Qué cosas lo han enojado?
–A estas alturas enojarse es perder el tiempo.
Y, lamentablemente, a mi edad el tiempo cuenta.

¿Ha tenido miedo alguna vez de sus fans?
–He tenido miedo de los fans de Leopoldo María Panero, el cual, por otra parte, me parece uno de los tres mejores poetas vivos de España.
En Pamplona, durante un ciclo organizado por Jesús Ferrero, Panero cerraba el ciclo y a medida que se aproximaba el día de su lectura la ciudad o el barrio donde estaba nuestro hotel se fue llenando de freaks que parecían recién escapados de un manicomio, que, por otra parte, es el mejor público al que puede aspirar cualquier poeta.
El problema es que algunos no sólo parecían locos sino también asesinos y Ferrero y yo temimos que alguien, en algún momento, se levantara y dijera: yo maté a Leopoldo María Panero y después le descerrajara cuatro balazos en la cabeza al poeta, y ya de paso, uno a Ferrero y el otro a mí.

¿Qué siente cuando hay críticos como Darío Osses que considera que usted es el escritor latinoamericano con más futuro?
–Debe ser una broma.
Yo soy el escritor latinoamericano con menos futuro. Eso sí, soy de los que tienen más pasado, que al cabo es lo único que cuenta.

¿Y el de la argentina Celina Mazoni?
–A Celina la conozco personalmente y la quiero mucho. A ella le dediqué uno de los cuentos de 'Putas asesinas'.


¿Qué cosas lo divierten?
–Ver jugar a mi hija Alexandra.
Desayunar en un bar al lado del mar y comerme un croissant leyendo el periódico. La literatura de Borges.
La literatura de Bioy.
La literatura de Bustos Domecq.
Hacer el amor.
¿Escribe a mano?
–La poesía, sí.
Lo demás, en una vieja computadora de 1993.
Cierre los ojos,
¿cuál de todos los paisajes de la Latinoamérica que usted recorrió le viene primero a la memoria?
–Los labios de Lisa en 1974.
El camión de mi padre averiado en una carretera del desierto.
El pabellón de tuberculosos de un hospital de Cauquenes y mi madre que nos dice a mi hermana y a mí que aguantemos la respiración.
Una excursión al Popocatépetl con Lisa, Mara y Vera y alguien más que no recuerdo, aunque sí recuerdo los labios de Lisa, su sonrisa extraordinaria.

¿Cómo es el paraíso?
–Como Venecia, espero, un lugar lleno de italianas e italianos.
Un sitio que se usa y se desgasta y que sabe que nada perdura, ni el paraíso, y que eso al fin y al cabo no importa.

¿Y el infierno?
–Como Ciudad Juárez, que es nuestra maldición y nuestro espejo, el espejo desasosegado de nuestras frustraciones y de nuestra infame interpretación de la libertad y de nuestros deseos.

¿Cuándo supo que estaba gravemente enfermo?
–En el ‘92.
¿Qué cosas de su carácter cambió la enfermedad?
–Ninguna. Supe que no era inmortal, lo cual, a los 38 años, ya iba siendo hora de que lo supiera.

¿Qué cosas desea hacer antes de morir?
–Ninguna en especial.
Bueno, preferiría no morirme, claro.
Pero tarde o temprano la distinguida dama llega, el problema es que a veces no es una dama ni mucho menos es distinguida, sino más bien, como dice Nicanor Parra en un poema, es una puta caliente, que es algo que hace dar diente con diente al más pintado.

¿Con quién le gustaría encontrarse en el más allá?
–No creo en el más allá. Si existiera, qué sorpresa.
Me matricularía de inmediato en algún curso que estuviera dando Pascal.

¿Pensó alguna vez en suicidarse?
–Por supuesto.
En alguna ocasión sobreviví precisamente porque sabía cómo suicidarme si las cosas empeoraban.

¿Creyó en algún momento que se estaba volviendo loco?
–Por supuesto, pero me salvó siempre el sentido del humor.
Me contaba historias que me volvían loco de risa.
O recordaba situaciones que hacían que me tirara al suelo a reírme.

La locura, la muerte y el amor, ¿de qué de estas tres cosas ha habido más en su vida?
–Espero de todo corazón que haya habido más amor.

¿Qué cosas lo hacen reír a mandíbula batiente?
–Las desgracias propias y ajenas.

¿Qué cosas lo hacen llorar?
–Lo mismo: las desgracias propias y ajenas.

¿Le gusta la música?
–Mucho.

¿Usted ve su obra como la suelen ver sus lectores y críticos: arriba de todo 'Los detectives salvajes' y luego todo lo demás?
–La única novela de la que no me avergüenzo es 'Amberes', tal vez porque sigue siendo ininteligible.
Las malas críticas que ha recibido son mis medallas ganadas en combate, no en escaramuzas con fuego simulado.
El resto de mi “obra”, pues bueno, no está mal, son novelas entretenidas, el tiempo dirá si algo más.
Por ahora me dan dinero, se traducen, me sirven para hacer amigos que son muy generosos y simpáticos, puedo vivir, y bastante bien, de la literatura, así que quejarse sería más bien gratuito y desagradecido.
Pero la verdad es que no les concedo mucha importancia a mis libros.
Estoy mucho más interesado en los libros de los demás.

¿No le sacaría algunas páginas a 'Los detectives salvajes'?
–No. Para sacarle páginas tendría que releerlo y eso mi religión me lo prohíbe.

¿No le da miedo que alguien quiera hacer la versión cinematográfica de la novela?
–Ay, Mónica, yo les tengo miedo a otras cosas.
Digamos: cosas más terroríficas, infinitamente más terroríficas.


Cuando terminó de escribir “El ojo Silva”, ¿no sintió que había escrito un cuento capaz de estar a la altura, por ejemplo, de “Casa tomada”?
–Cuando terminé de escribir “El ojo Silva” dejé de llorar o algo parecido.
Qué más quisiera yo que se pareciera a uno de Cortázar, aunque “Casa tomada” no es uno de mis favoritos.

¿Cuáles son los cinco libros que marcaron su vida?
–Mis cinco libros en realidad son cinco mil.
Menciono éstos sólo a manera de punta de lanza o embajada aviesa:
'El Quijote', de Cervantes.
'Moby Dick', de Melville.
La Obra Completa, de Borges.
'Rayuela', de Cortázar.'
La conjura de los necios', de Kennedy Toole.
Pero también debería citar: 'Nadja', de Breton.
Las cartas de Jacques Vaché. 'Todo Ubú', de Jarry.
'La vida, instrucciones de uso', de Perec. 'El castillo' y 'El proceso', de Kafka.
Los aforismos de Lichtenberg.
'El Tractatus', de Wittgenstein. La invención de Morel, de Bioy Casares.
'El Satiricón', de Petronio.
'La Historia de Roma', de Tito Livio.
'Los Pensamientos', de Pascal . ¿Se lleva bien con su editor?
–Bastante bien. Herralde es una persona inteligente y a menudo encantadora.
Tal vez a mí me convendría más que no fuera tan encantador. Lo cierto es que ya hace ocho años que lo conozco y, al menos de mi parte, el cariño no hace más que crecer, como dice un bolero. Aunque tal vez me convendría no quererlo tanto.

¿Qué dice de los que piensan que Los detectives salvajes es la gran novela mexicana de la contemporaneidad?
–Que lo dicen por lástima, me ven decaído o desmayándome en las plazas públicas y no se les ocurre nada mejor que una mentira piadosa, que por lo demás es lo más indicado en estos casos y ni siquiera es pecado venial.

¿Es cierto que fue Juan Villoro el que le convenció para que no titulara 'Tormenta de mierda' a su novela 'Nocturno de Chile'?

–Entre Villoro y Herralde.

¿De quién más escucha consejos alrededor de su obra?
–Yo no escucho consejos de nadie, ni siquiera de mi médico. Yo doy consejos a diestra y siniestra, pero no escucho ninguno.

¿Extraña algo de su vida en México?
–Mi juventud y las caminatas interminables con Mario Santiago.

¿A qué escritor mexicano admira profundamente?
–A muchos.
De mi generación admiro a Sada, cuyo proyecto de escritura me parece el más arriesgado, a Villoro, a Carmen Boullosa, entre los más jóvenes me interesa mucho lo que hacen Alvaro Enrigue y Mauricio Montiel, o Volpi e Ignacio Padilla.
Sigo leyendo a Sergio Pitol, que cada día escribe mejor.
Y a Carlos Monsiváis, el cual, según me contó Villoro, motejó como Pol Pit a Taibo 2 o 3 (o 4), lo que me parece un hallazgo poético.
Pol Pit, ¿es perfecto, no? Monsiváis sigue con las uñas aceradas.
También me gusta mucho lo que hace Sergio González Rodríguez.

¿El mundo tiene remedio?
–El mundo está vivo y nada vivo tiene remedio y ésa es nuestra suerte.

¿Usted tiene esperanzas, en qué, en quiénes?
–Mi querida Maristain, vuelve usted a empujarme a los potreros de la cursilería, que son mis potreros natales.
Yo tengo esperanza en los niños.
En los niños y en los guerreros.
En los niños que follan como niños y en los guerreros que combaten como valientes.
¿Por qué? Me remito a la lápida de Borges, como diría el ínclito Gervasio Montenegro, de la Academia (como Pérez Reverte, fíjese usted) y no hablemos más de este asunto.

¿Qué sentimientos le despierta la palabra póstumo?
–Suena a nombre de gladiador romano.
Un gladiador invicto.
O al menos eso quiere creer el pobre Póstumo para darse valor.

¿Qué opina de quienes opinan que usted ganará el Premio Nobel?
–Estoy seguro, querida Maristain, de que no lo ganaré, como también estoy seguro de que algún atorrante de mi generación sí que lo ganará y ni siquiera me mencionará de pasada en su discurso de Estocolmo.

¿Cuándo ha sido más feliz?
–Yo he sido feliz casi todos los días de mi vida, al menos durante un ratito, incluso en las circunstancias más adversas.

¿Qué le hubiera gustado ser si no hubiera sido escritor?

–Me hubiera gustado ser detective de homicidios, mucho más que ser escritor.
De eso estoy absolutamente seguro.
Un tira de homicidios, alguien que puede volver solo, de noche, a la escena del crimen, y no asustarse de los fantasmas.
Tal vez entonces sí que me hubiera vuelto loco, pero eso, siendo policía, se soluciona con un tiro en la boca.

¿Confiesa que ha vivido?
–Bueno, sigo vivo, sigo leyendo, sigo escribiendo y viendo películas, y como les dijo Arturo Prat a los suicidas de la Esmeralda, mientras yo viva, esta bandera no se arriará.

viernes, 21 de noviembre de 2008

SIN EMBARGO SOBREVUELO COMO 1 DINASTÍA DE SOLES

















A la memoria de Alejandra Pizarnik



¿A dónde me conduce esta escritura?
/ rosa de aspavientos: espantapájaros /
¿A qué falo de sol remojado en espuma de alabanzas?
Si no me suicido hoy / ya me suicidaré mañana
Querido amigo:
La risa en la agonía es cascada flamígera
Vivir & llagarse
llegarse / bucearse
romper el hechizo
cantar / sin piedad /
No sé
((piedra bicorne))
((vihuela rapaz))
Ni el camino de la lengua
ni las leguas a Bagdad
Odio esta Caricatura Divina
& en medio esta verga oscura
que llora alucinada
rompiendo todo vergel
¿La noche por siempre noche?
Es de imbécil & poeta preguntar
Comenzar por el final la quemadura
Acercarse a la ardidera
/ como ángel en su óvulo /
El infierno -llama a llama- es musical
La cola del dragón es su granalla
¿Esquirlas de la mente?
¿Alebrijes?
Estos días terrenales
han sido mi haikú / mi harakiri
¿Quién chingaos seré yo?

Mario Santiago Papasquiaro

jueves, 20 de noviembre de 2008

Vieja Canción - Rigoberto Paredes




En mi pecho tenía un corazón
Y para mí tensaba sus cuerdas, el teclado
A una señal tuya,
Al acorde más leve de los dos.
Era un haz de sonidos,
Una grana gozosa y trepidante;
Como astro, al comienzo,
Que estallara a la vida al mando de tu verbo.
Tenía un corazón.
Y yo lo oí cantar cuanto tú estabas.

La muerte es una palabra - Alejandra Pizarnik

A Diego, bajo el cielo de Tlaxcala...


Pintura de Beksinski

La muerte es una palabra.

La palabra es una cosa, la muerte es una cosa, es un cuerpo poético que alienta en el lugar de mi nacimiento.

Nunca de este modo lograrás circundarlo. Habla, pero sobre el escenario de cenizas; habla, pero desde el fondo del río donde está la muerte cantando. Y la muerte es ella, me lo dijo el sueño, me lo dijo la canción de la reina. La muerte de cabellos del color del cuervo, vestida de rojo, blandiendo en sus manos funestas un laúd y huesos de pájaro para golpear en mi tumba, se alejó cantando y contemplada de atrás parecía una vieja mendiga y los niños le arrojaban piedras.

Cantaba en la mañana de niebla apenas filtrada por el sol, la mañana del nacimiento, y yo caminaría con una antorcha en la mano por todos los desiertos de este mundo y aun muerta te seguiría buscando, amor mío perdido, y el canto de la muerte se desplegó en el término de una sola mañana, y cantaba, y cantaba.

También cantó en la vieja taberna cercana del puerto. Había un payaso adolescente y yo le dije que en mis poemas la muerte era mi amante y mi amante era la muerte y él dijo: tus poemas dicen la justa verdad. Yo tenía dieciséis años y no tenía otro remedio que buscar el amor absoluto. Y fue en la taberna del puerto que cantó la canción.

Escribo con los ojos cerrados, escribo con los ojos abiertos: que se desmorone el muro, que se vuelva río el muro.

La muerte azul, la muerte verde, la muerte roja, la muerte lila, en las visiones del nacimiento.

El traje azul y plata fosforescente de la plañidera en la noche medieval de toda muerte mía.

La muerte está cantando junto al río.

Y fue en la taberna del puerto que cantó la canción de la muerte. Me voy a morir, me dijo, me voy a morir.

Al alba venid, buen amigo, al alba venid.

Nos hemos reconocido, nos hemos desaparecido, amigo el que yo más quería.
Yo, asistiendo a mi nacimiento. Yo, a mi muerte.
Y yo caminaría por todos los desiertos de este mundo y aun muerta te seguiría buscando, a ti, que fuiste el lugar del amor.

martes, 18 de noviembre de 2008

Devoción Cherokee - Mario Santiago Papasquiaro

Poesía atroz, te amo de siempre, Patees, silbes, muerdas o vueles

Bendita mía , pétalo santo, bendita mía, coño encharcado.

Mi yo eres tu, vamos al rastro,

Sangre de palpitos belleza alada

Rompes mis ancas me traes de un alba

Rompes mis ancas me traes de un alba

Sin otra opción hurgo en tus astros a gatas

Escribo, meo, cojo, me embriago, bailo con ratas.

Sin otra opción hurgo en tus astros a gatas

Escribo, meo, cojo, me embriago, bailo con ratas.

De un sol obtuso, vidrio de barda,

No me regreses plasma gandalla

En ti soy otro, pulso mis ganas, en ti soy otro, ¡afilo mis garras!

No hay muerte, no hay calma, contigo, oleajes, lunas, Saharas

El riel de un hueco, los colmillos de un puerco

El riel de un hueco, los colmillos de un puerco

Sin otra opción hurgo en tus astros a gatas

Escribo, meo, cojo, me embriago, bailo con ratas.

Sin otra opción hurgo en tus astros a gatas

Escribo, meo, cojo, me embriago, bailo con ratas.

Poesía atroz, te amo de siempre, patees, silbes, muerdas o vueles

Bendita mía , pétalo santo, bendita mía, coño encharcado.

Muevo el rostro, no escupo nada, mas te miro, soy tu delirio

Soy tu destello, eres mi hacha, soy tu destello, poesía atroz eres mi hacha

"Más alla de la poesía la rata ruge

locamente sin retorno

siempre el juego, el estado beligerante

flecha lanzada sin cesar

a contracorriente

flecha lanzada sin cesar

cara a cara de la muerte

más loca y más ansiosa

de cerca, de lejos, convulsivamente

y voz desgarradora"

Sin otra opción hurgo en tus astros a gatas

Escribo, meo, cojo, me embriago, bailo con ratas.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Un poco de Música yeah!!!

El nuevo Single de Coldplay

Desde que baje el disco supe q esta canción sería Single, bueno les paso a Chris corriendo por el escenario.





Lovers in Japan



Y para cerrar este video con el siempre hermoso Richard Ashcroft del nuevo Album de The Verve Forth

Se llama Love is Noise

Tienen q buscarlo por ustedes mismos.

Y para cerrar no podia hacerlo con algo menos que con los Fabulosos Cadillacs escuchen el intro de esta cancion, música invisiblemente poderosa, no dejan de ser una de mis bandas favoritas.


Es el nuevo Single, la Luz del Ritmo y vaya q es una melodía Iluminada y por si esto fuera poco una nueva versión de Matador en honor a uno de los más grandes de la música latinoamericana Víctor Jara con mucho cariño y dedicado a Donald q tanto le gustaba.



Disfrutenlo


Carajo, a poco no los consiento!

Fragmento de Altazor

Antonio García





Traes en ti el recuerdo de otras vidas más altas

De un Dios encontrado en alguna parte

Y al fondo de ti mismo recuerdas que eras tú .



¿Qué sería del universo?
¿Qué sería la vida si no hubieras nacido?
Un cometa sin manto muriéndose de frío
Te hallé como una lágrima en un libro olvidado
Con tu nombre sensible desde antes en mi pecho
Tu nombre hecho del ruido de palomas que se vuelan
Traes en ti el recuerdo de otras vidas más altas
De un Dios encontrado en alguna parte
Y al fondo de ti mismo recuerdas que eras tú
El pájaro de antaño en la clave del poeta
Sueño en un sueño sumergido
La cabellera que se ata hace el día
La cabellera al desatarse hace la noche
La vida se contempla en el olvido
Sólo viven tus ojos en el mundo
El único sistema planetario sin fatiga
Serena piel anclada en las alturas
Ajeno a toda red y estratagema
En su fuerza de luz ensimismada
Detrás de ti la vida siente miedo
Porque eres la profundidad de toda cosa
El mundo deviene majestuoso cuando pasas
Se oyen caer lágrimas del cielo
Y borras en el alma adormecida
La amargura de ser vivo
Se hace liviano el orbe en las espaldas
Mí alegría es oír el ruido del viento en tus cabellos
(Reconozco ese ruido desde lejos).


Fragmento de Altazor


Vicente Huidobro

martes, 14 de octubre de 2008

Hoppipolla By Sigúr Ros

Bueno mis estimados y ociosos lectores, les dejo esta canción de Sigur Rós un grupo islandés de post-rock, con elementos de shoegazing y minimalismo. Es una de mis consentidas en el playlist.
He hecho esta selección no porque sea la más comercial, de hecho tengo otras que me gustan mucho más, sino por su letra, si.. y si no le entienden los bilingües es porque está en Islandés, el titulo significa «Saltando en Charcos» , No se ustedes, pero es una de mis actividades favoritas en los días lluviosos...

Les dejo la letra, la traducción para contagiarles.
Y las versiones en vivo si les gusta busquen el video oficial , que es buenísimo también.

Karen

hoppipolla

Brosandi
Hendumst í hringi
Höldumst í hendur
Allur heimurinn óskýr
nema þú stendur

Rennblautur
Allur rennvotur
Engin gúmmístígvél
Hlaupandi í okkur ?
Vill springa út úr skel

Vindur í
og útilykt ? af hárinu þínu
Ég lamdi eins fast og ég get
með nefinu mínu
Hoppa í poll
Í engum stígvélum
Allur rennvotur(rennblautur)
Í engum stígvélum



Traducción

saltandoencharcos

Sonriendo
Dando vueltas
Nos cogemos de la mano
Todo el universo borroso
Pero tú estás en pie

Mojado
Completamente empapado
Sin botas de goma
Corriendo en nosotros?
Quiero estallar desde una concha

Viento en
un olor al aire libre? de tu cabello
Golpeé tan fuerte como pude
con mi nariz
Saltando en un charco
Sin botas de goma
Todo empapado(mojado)
Sin botas de goma


En Vivo


YO NO LO SÉ DE CIERTO

(Abraxas)


Yo no lo sé de cierto, pero supongo
que una mujer y un hombre
algún día se quieren,
se van quedando solos poco a poco,
algo en su corazón les dice que están solos,
solos sobre la tierra se penetran,
se van matando el uno al otro.

Todo se hace en silencio. Como
se hace la luz dentro del ojo.
El amor une cuerpos.
En silencio se van llenando el uno al otro.

Cualquier día despiertan, sobre brazos;
piensan entonces que lo saben todo.
Se ven desnudos y lo saben todo.

(Yo no lo sé de cierto. Lo supongo)




Jaime Sabines

viernes, 10 de octubre de 2008

Asesíname

La Francesa - Roberto Bolaño



...Mientras aquel prestigioso río arrastraba un sol moribundo
Y sobre sus mejillas rodaban lágrimas aparentemente gratuitas.
No me quiero morir, susurraba mientras se corría
En la perspicaz oscuridad del dormitorio,
Y yo no sabía qué decir,
En verdad no sabía qué decir,
Salvo acariciada y sostenerla mientras se movía
Arriba y abajo como la vida,
Arriba y abajo como las poetas de Francia
Inocentes y castigadas...



Una mujer inteligente.
Una mujer hermosa.
Conocía todas las variantes, todas las posibilidades.
Lectora de los aforismos de Duchamp y de los relatos de Defoe.
En general con un auto control envidiable,
Salvo cuando se deprimía y se emborrachaba,
Algo que podía durar dos o tres días,
Una sucesión de burdeos y valiums
Que te ponía la carne de gallina.
Entonces solía contarte las historias que le sucedieron
Entre los 15 y los 18.
Una película de sexo y de terror,
Cuerpos desnudos y negocios en los límites de la ley,
Una actriz vocacional y al mismo tiempo una chica con extraños rasgos de avaricia.
La conocí cuando acababa de cumplir los 25,
En una época tranquila.
Supongo que tenía miedo de la vejez y de la muerte.
La vejez para ella eran los treinta años,
La Guerra de los Treinta Años,
Los treinta años de Cristo cuando empezó a predicar,
Una edad como cualquier otra, le decía mientras cenábamos
A la luz de las velas
Contemplando el discurrir del río más literario del planeta.
Pero para nosotros el prestigio estaba en otra parte,
En las bandas poseídas por la lentitud, en los gestos
Exquisitamente lentos
Del desarreglo nervioso,
En las camas oscuras,
En la multiplicación geométrica de las vitrinas vacías
Y en el hoyo de la realidad,
Nuestro absoluto,
Nuestro Voltaire,
Nuestra filosofía de dormitorio y tocador.
Como decía, una muchacha inteligente,
Con esa rara virtud previsora
(Rara para nosotros, latinoamericanos)
Que es tan común en su patria,
En donde hasta los asesinos tienen una cartilla de ahorros
y ella no iba a ser menos,
Una cartilla de ahorros y una foto de Tristán Cabral,
La nostalgia de lo no vivido,
Mientras aquel prestigioso río arrastraba un sol moribundo
Y sobre sus mejillas rodaban lágrimas aparentemente gratuitas.
No me quiero morir, susurraba mientras se corría
En la perspicaz oscuridad del dormitorio,
Y yo no sabía qué decir,
En verdad no sabía qué decir,
Salvo acariciada y sostenerla mientras se movía
Arriba y abajo como la vida,
Arriba y abajo como las poetas de Francia
Inocentes y castigadas,
Hasta que volvía al planeta Tierra
Y de sus labios brotaban
Pasajes de su adolescencia que de improviso llenaban nuestra habitación Con duplicados que lloraban en las escaleras automáticas del metro,
Con duplicados que hacían el amor con dos tipos a la vez
Mientras afuera caía la lluvia
Sobre las bolsas de basura y sobre las pistolas abandonadas
En las bolsas de basura,
La lluvia que todo lo lava
Menos la memoria y la razón.
Vestidos, chaquetas de cuero, botas italianas, lencería para volverse loco,
Para volverla loca,
Aparecían y desaparecían en nuestra habitación fosforescente y pulsátil,
Y trazos rápidos de otras aventuras menos íntimas
Fulguraban en sus ojos heridos como luciérnagas.
Un amor que no iba a durar mucho
Pero que a la postre resultaría inolvidable.
Eso dijo,
Sentada junto a la ventana,
Su rostro suspendido en el tiempo,
Sus labios: los labios de una estatua.
Un amor inolvidable
Bajo la lluvia,
Bajo ese cielo erizado de antenas en donde convivían
Los artesonados del Siglo XVII
Con las cagadas de palomas del Siglo XX.
Y en medio
Toda la inextinguible capacidad de provocar dolor,
Invicta a través de los años,
Invicta a través de los amores Inolvidables.
Eso dijo, sí.
Un amor inolvidable
Y breve,
¿Como un huracán?,
No, un amor breve como el suspiro de una cabeza guillotinada,
La cabeza de un rey o un conde bretón,
Breve como la belleza,
La belleza absoluta,
La que contiene toda la grandeza y la miseria del mundo
Y que sólo es visible para quienes aman.


Tomado de «Los Perros Románticos»
Roberto Bolaño

Caricaturas

Gracias Maybe, por vos conozco a Liniers.

A los demás espero que les gusten, hice una selección pero la verdad me muero por ponerlas todas... jajá. Pronto Mafalda

Enriqueta y Fellini










Un abrazo, gracias por venir a mi Espacio.

jueves, 9 de octubre de 2008

LUPE


LUPE

Trabajaba en la Guerrero, a pocas calles de la casa de Julián
y tenía 17 años y había perdido un hijo.
El recuerdo la hacía llorar en aquel cuarto del hotel Trébol,
espacioso y oscuro, con baño y bidet, el sitio ideal
para vivir durante algunos años. El sitio ideal para escribir
un libro de memorias apócrifas o un ramillete
de poemas de terror. Lupe
era delgada y tenía las piernas largas y manchadas
como los leopardos.
La primera vez ni siquiera tuve una erección:
tampoco esperaba tener una erección. Lupe habló de su vida
y de lo que para ella era la felicidad.
Al cabo de una semana nos volvimos a ver. La encontré
en una esquina junto a otras putitas adolescentes,
apoyada en los guardabarros de un viejo Cadillac.
Creo que nos alegramos de vemos. A partir de entonces
Lupe empezó a contarme cosas de su vida, a veces llorando,
a veces cogiendo, casi siempre desnudos en la cama,
mirando el cielorraso tomados de la mano.
Su hijo nació enfermo y Lupe prometió a la Virgen
que dejaría el oficio si su bebé se curaba.
Mantuvo la promesa un mes o dos y luego tuvo que volver.
Poco después su hijo murió y Lupe decía que la culpa
era suya por no cumplir con la Virgen.
La Virgen se llevó al angelito por una promesa no sostenida.

Yo no sabía qué decirle.
Me gustaban los niños, seguro,
pero aún faltaban muchos años para que supiera
lo que era tener un hijo.
Así que me quedaba callado y pensaba en lo extraño
que resultaba el silencio de aquel hotel.
O tenía las paredes muy gruesas o éramos los únicos ocupantes
o los demás no abrían la boca ni para gemir.
Era tan fácil manejar a Lupe y sentirte hombre
y sentirte desgraciado. Era fácil acompasarla
a tu ritmo y era fácil escuchada referir
las últimas películas de terror que había visto
en el cine Bucareli.
Sus piernas de leopardo se anudaban en mi cintura
y hundía su cabeza en mi pecho buscando mis pezones
o el latido de mi corazón.
Eso es lo que quiero chuparte, me dijo una noche.
¿Qué, Lupe? El corazón.



Tomado de «Los Perros Románticos»
Roberto Bolaño

miércoles, 8 de octubre de 2008

Marc Chagall





Estambul


Estambúl


Cartago es el ejemplo más evidente de una cultura calumniada, nada podemos saber de ella, nada pudo saber Flaubert, sino lo que refieren sus enemigos, que fueron implacables. No es imposible que algo parecido ocurra con Turquía. Pensamos en un país de la crueldad; esa noción data de las Cruzadas, que fueron la empresa más cruel que registra toda la historia y la menos denunciada de todas. Pensamos en el odio Cristiano, acosa no inferior al odio, igualmente fanático, del Islam. En el Occidente le ha faltado un gran nombre turco a los otomanos, El único que nos ha llegado es el de Suleimán el Magnífico (e solo in parte vide il Saladino).
¿Que puedo yo saber de Turquía al cabo de tres días? He visto una ciudad espléndida, El Bósforo, el Cuerno de Oro y la entrada al Mar Negro, en cuyas márgenes se descubrieron piedras rúnicas. He oído un idioma agradable, Me suena a un alemán más suave. Por aquí andarán los fantasmas de muchas y diversas naciones; Prefiero pensar que los escandinavos formaban la guardia del emperador de Bizancio, a los que se unieron los sajones que huyeron de Inglaterra después de la jornada de Hastings. Es indudable que debemos volver a Turquía para empezar a descubrirla.


Los Dones

Le fue dada la música invisible
que es don del tiempo y que en el tiempo cesa;
le fue dada la trágica belleza,
le fue dado el amor, cosa terrible.

Le fue dado saber que entre las bellas
mujeres de la tierra sólo hay una;
pudo una tarde descubrir la luna
y con la luna el álgebra de estrellas.

Le fue dada la infamia, Dócilmente
estudió los delitos de la espada,
la ruina de Cartago,
la apretada batalla del Oriente y del Poniente.

Le fue dado el lenguaje, esa mentira,
le fue dada la carne, que es arcilla,
le fue dada la obscena pesadilla
y en el cristal el otro, el que nos mira.

De los libros que le tiempo ha acumulado
le fueron concedidas unas hojas;
de Elea, unas contadas paradojas,
que el desgaste del tiempo no ha gastado.

La erguida sangre del amor humano
(la imagen es de un griego) le fue dada
por Aquel cuyo nombre es una espada
y que dicta las letras a la mano.

Otras cosas le dieron y sus nombres:
el cubo, la pirámide, la esfera
la innumerable arena, la madera
y un cuerpo para andar entre los hombres.

Fue digno del sabor de cada día:
tal es tu historia, que es también la mía.

Tomado de Atlas
Jorge Luis Borges

martes, 7 de octubre de 2008

Pájaro Azul -Charles Bukowski

A Antonio García













hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí dentro, no voy
a permitir que nadie
te vea.

hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero yo le echo whisky encima y me trago
el humo de los cigarrillos,
y las putas y los camareros
y los dependientes de ultramarinos
nunca se dan cuenta
de que esté ahí dentro.

hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí abajo, ¿es que quieres
hacerme un lío?
¿es que quieres
mis obras?
¿es que quieres que se hundan las ventas de mis libros
en Europa?

hay un pájaro azul en mi corazón
que quiere salir
pero soy demasiado listo, sólo le dejo salir
a veces por la noche
cuando todo el mundo duerme.
le digo ya sé que estás ahí,
no te pongas
triste.

luego lo vuelvo a introducir,
y él canta un poquito
ahí dentro, no le he dejado
morir del todo
y dormimos juntos
así
con nuestro
pacto secreto
y es tan tierno como
para hacer llorar
a un hombre, pero yo no
lloro,
¿lloras tú?

HE WISHES FOR THE CLOTH OF HEAVEN




To Ramy


Had I the heavens' embroidered cloths, Enwrought with golden and silver light, The blue and the dim and the dark cloths Of night and light and the half-light, I would spread the cloths under your feet: But I, being poor, have only my dreams; I have spread my dreams under your feet; Tread softly because you tread on my dreams


Thanks for your smile, and incondicional company.
W.B. Yeats

viernes, 3 de octubre de 2008

Giornalismo















a la mañana a las diez los empleados de justicia
se pusieron a gritar contra la injusticia de sus magros salarios
a las once fueron descubiertas ciertas maniobras
delictivas
a las doce el partido demócrata y burgués reiteró ser
demócrata y burgués
hubo un concurso en la municipalidad
subió la carestía de la vida
se almorzó en general o en camiseta cara a cara al buen vino
la ley orgánica de la policía no sufrió grandes variantes
a la una a las dos de la tarde bajo la gloria del gran día
otras ciudades del país rememoraron a sus fundadores sus bandidos
las comunas locales promovieron contrarias decisiones
el sur siguió en el sur
el presidente a las cuatro recibió su décimo magnate petrolero
a las cinco me harté pero a las seis te vi
después de tantos años te vi a las seis y me turbé como un niño
el pasado subía como tus dulces pechos
y eran las seis de la dulzura como un violento olvido
ahora hay pecas en tu cuello y tu voz era actual
de modo que a las siete ya no eras noticia
empezaba el crepúsculo
salía la gente del trabajo
subía la carestía de la vida
se descubrían nuevas maniobras delictivas
a lo largo y a lo ancho del país


(Cólera buey)


Juan Gelman


¿Les recuerda algo?

DECIRES











¿Qué voy a hacer si me he pasado la vida
leyendo el marxismo-leninismo
y al crecer olvidé
que tengo los bolsillos llenos de piedras
y una honda en el bolsillo de atrás
y que muy bien me podría conseguir una espada
y que no soportaría estar cinco minutos
en un Salón de Belleza?




«El marxismo-leninismo es una piedra
para romperle la cabeza al imperialismo
y a la burguesía.»

«No. El marxismo-leninismo es la goma elástica
con que se arroja esa piedra.»

«No, no. El marxismo-leninismo es la idea
que mueve el brazo
que a su vez acciona la goma elástica
de la honda que arroja esa piedra.»

«El marxismo-leninismo es la espada
para cortar las manos del imperialismo.»

«Qué va! El marxismo-leninismo es la teoría
de hacerle la manicure al imperialismo
mientras se busca la oportunidad de amarrarle las manos.»

¿Qué voy a hacer si me he pasado la vida
leyendo el marxismo-leninismo
y al crecer olvidé
que tengo los bolsillos llenos de piedras
y una honda en el bolsillo de atrás
y que muy bien me podría conseguir una espada
y que no soportaría estar cinco minutos
en un Salón de Belleza?

Roque Dalton

EL NIÑO ROBADO

A mi Gus.


¡Márchate, oh niño humano!
A las aguas y lo silvestre
con un hada, de la mano,
pues hay en el mundo más llanto del que puedes entender.





Donde se zambullen las montañas rocosas
Del bosque de Sleuth en el lago,
Hay una boscosa isla
Donde las garzas al aletear despiertan
A las soñolientas ratas de agua:
Allí hemos ocultado nuestras tinajas encantadas,
Llenas de bayas
Y de las cerezas robadas más rojas.
¡Márchate, oh niño humano!
A las aguas y lo silvestre
con un hada, de la mano,
pues hay en el mundo más llanto del que puedes entender.

Donde las olas del claro de luna alumbran
Las oscuras arenas grises con su brillo,
Lejos, en el lejano Rosses
Nosotros caminamos por ellas toda la noche,
Tejiendo viejas danzas,
Juntando las manos y juntando las miradas
Hasta que la luna emprende el vuelo;
Saltamos de un lado a otro
Y cazamos las burbujas de la espuma,
Mientras el mundo está lleno de problemas
Y duerme con ansiedad.
¡Márchate, oh niño humano!
A las aguas y lo silvestre
con un hada, de la mano,
pues hay en el mundo más llanto del que puedes entender.


Donde el agua errante cae
Desde los cerros a Glen-Car,
En lagunas entre los rápidos
Que casi podrían bañar una estrella,
Buscamos las truchas que dormitan
Y susurrando en sus oídos
Les damos sueños inquietos;
Inclinándonos con suavidad desde
Los helechos que lloran
Sobre los jóvenes arroyos.
¡Márchate, oh niño humano!
A las aguas y lo silvestre
con un hada, de la mano,
pues hay en el mundo más llanto del que puedes entender.

Con nosotros se marcha
El de mirada solemne:
Ya no oirá el mugido
De los terneros en la cálida colina
O a la tetera en la cocina
Cantar paz para su pecho,
Ni verá el cuello pardo de los ratones
Alrededor del cajón de la harina de avena.
Pues se viene, el niño humano,
A las aguas y lo silvestre
Con un hada, de la mano,
Desde un mundo con más llanto del que puede entender.






W.B. Yeats