jueves, 26 de febrero de 2009

Los Mismos Robles Viejos - Gustavo Campos


Los mismos robles viejos

¿A quién amo cuando estoy solo?
¿Cuándo no amo?
¿A quién amo con mis ropas blancas
Y muerto de miedo?
¿O cuando mi rostro
Es el tiempo y mi culpa y un destino ya borrado?
¿A Quién, cuando la nada me ha prometido
La certeza de un no-mañana?
¿Cuándo mi esperanza de no ser sur
Y alimentar gaviotas es devorada por azares
Y en mis ojos los mismos robles viejos
Son habitados sólo por la medianoche?
¿Quién me ama?
¿Quién, si he perdido el brillo en mis ojos
Y la lluvia cae muerta
Y mi expresión es una ciénaga?
¿En qué infinitas piernas
Me encontraré,
Agonizando en lo profundo
de una vieja destrucción?
Porque esa es mi realidad: La desgracia, la autodestrucción.

Fragmento de Rayuela - Julio Cortázar


Cuántas veces me pregunto si esto no es más que escritura, en un tiempo en que corremos al engaño entre ecuaciones infalibles y máquinas de costumbre o si más vale dejarse llevar por su alegre cibernética, ¿No será otra vez literatura? Rebelión, conformismo, angustia, alimentos terrestres, avena arrollada o perdices faisandées, Lascaux o Mathieu, que hamaca de palabras, que dialéctica de bolsillo con tormentos en piyama y cataclismos de living room. El solo hecho de interrogarse sobre la posible elección vicia y enturbia lo elegible. Que sí, que no, que en ésta está... Parecería que una elección no puede ser dialéctica, que su planteo la empobrece, es decir la falsea, es decir la transforma en otra cosa. Entre el Ying y el Yang ¿Cuántos eones? Del sí al no ¿Cuántos quizá? Todo es escritura, es decir fábula. ¿Pero de qué nos sirve la verdad que tranquiliza al propietario honesto?.

Nuestra verdad posible tiene que ser invención es decir escritura, literatura, pintura, escultura, agricultura, piscicultura, todas las turas de este mundo. Los valores, turas, la santidad, una tura, la sociedad, una tura, el amor, pura tura, la belleza, tura de turas.