jueves, 26 de febrero de 2009

Fragmento de Rayuela - Julio Cortázar


Cuántas veces me pregunto si esto no es más que escritura, en un tiempo en que corremos al engaño entre ecuaciones infalibles y máquinas de costumbre o si más vale dejarse llevar por su alegre cibernética, ¿No será otra vez literatura? Rebelión, conformismo, angustia, alimentos terrestres, avena arrollada o perdices faisandées, Lascaux o Mathieu, que hamaca de palabras, que dialéctica de bolsillo con tormentos en piyama y cataclismos de living room. El solo hecho de interrogarse sobre la posible elección vicia y enturbia lo elegible. Que sí, que no, que en ésta está... Parecería que una elección no puede ser dialéctica, que su planteo la empobrece, es decir la falsea, es decir la transforma en otra cosa. Entre el Ying y el Yang ¿Cuántos eones? Del sí al no ¿Cuántos quizá? Todo es escritura, es decir fábula. ¿Pero de qué nos sirve la verdad que tranquiliza al propietario honesto?.

Nuestra verdad posible tiene que ser invención es decir escritura, literatura, pintura, escultura, agricultura, piscicultura, todas las turas de este mundo. Los valores, turas, la santidad, una tura, la sociedad, una tura, el amor, pura tura, la belleza, tura de turas.

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