jueves, 21 de mayo de 2009

Fragmentos Tratado de la Brevedad de la Vida - SENECA


Bueno a los que me conocen, saben que este año lo he declarado al menos en mi diario como el año de la Filosofía, no obstante me he dejado seducir por algunos otros textos, ahora procedo a compartir algo de un libro que todos deberíamos leer.


Con ustedes fragmentos del Tratado de la Brevedad de la Vida



La Edad tiene mucha latitud para los que usaren bien de ella.

Pequeña parte de la vida es la que vivimos, porque lo demás es espacio, y no vida sino TIEMPO.

No hay motivo para que cargues a otros con tus obligaciones, pues, cuando fuiste a buscarlos no fue tanto para estar con ellos, cuanto no podías estar contigo.

Cuántos han sido los que te han robado la vida sin entender lo que tú perdías.

Nuestros tres tiempos

Presente = Brevísimo
Futuro = Dudoso
Pasado = Cierto

Ningún siglo nos es prohibido, a todos somos admitidos; y, sin con la grandeza de ánimo quisiéramos salir de los estrechos límites de la imbecilidad humana, habrá mucho tiempo en que poder espaciarnos. Podremos disputar con Sócrates, dificultar con Carneades, aquietarnos con Epicuro, vencer con los estoicos la inclinación humana, adelantarla con los cínicos y andar juntamente con la naturaleza en compañía de todas las edades.

¿Porqué no entregarnos de todo corazón a aquellas cosas inmensas y eternas y que se comunican con los mejores?

Leer para:

Deliberar en materias grandes y pequeñas
Consultar cada día mis negocios
Oír verdades sin injurias
Alabanzas sin adulación y una idea cuya semejanza imite.

Abrir camino en la eternidad, colocarte en la altura del que nadie te derribará.

Sólo la sabiduría es a la que no se puede hacer injuria; no podra borrar la edad presente, ni la disminuirá la futura, antes la que viniera añadirá alguna parte de veneración porque la envidia siempre hace su morada en lo cercano, y con más sinceridad nos admiramos de lo más remoto.

Lo que en presente me exijo no es ser igual a los mejores, sino ser el mejor de los malos. Bástame ir cercenando cada día alguna parte de mis vicios y castigando mis culpas.


El pobre se rie más veces con risa verdadera, y la risa de los que juzgamos felices es fingida sin descubrir en público sus tristezas.

Las Riquezas

Ensoberbecen el ánimo
Engendran arrogancia
Despiertan la envidia
Enajenan el entendimiento.

Las cosas buenas dan grandeza de ánimo y las riquezas dan insolencia.

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